Formando pequeñas sombras sobre el basto campo de niebla pegajosa se mantienen estos seres, de largo cuerpo, con extremidades que se pierden en la nubosidad de la atmósfera, unas cabezas que para unos son como bombillas viejas y fundidas y que para solo algunos pocos son piedras de silicio y otros de carbón, imitando cualquier forma que los visite, tienden a ser parte de su naturaleza solos, otros en parejas que crean un ser mas horrendo, los demás echados con sus cuerpos enraizados al suelo creando altas pero endebles montañas, por ellos mismos, amontonados descansando de su existencia me miraban, yo con reflejos muertos me decidí a cruzar entre ellos con mis retinas un tanto desgastadas, pero hay innumerables pares de ojos que se gritan entre ellos, en mi silencio perpetuo contemplando tal panorama logro realizar algunas capturas en mi mente de tal lugar...
Este ultimo en una especie de animal de carga al parecer logró una imagen tan peculiar que así mismo le llamé la atención, al parecer el mas viejo que los demás, me decía muchas cosas, conocí la intima diferencia entre los callados Sopias y los llamativos Creapas, estos últimos son realmente vulgares y ruidosos, con apariencias de seres de mundos primitivos y bajo nivel intelectual, no logré acercarme a ellos mas de lo debido, pues había ceremonia...
Mi paso por este lugar no duró mucho, no había mucho que me sirviera, sigo con mi camino...
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